TODO LO QUE SE HAGA POR CONCILIAR LAS TRES RELIGIONES, SIRVE PARA EVITAR TERCERA GUERRA MUNDIAL. ES DEBER DE TODOS LOS CIUDADANOS DEL MUNDO APOYAR LA CONVOCATORIA AL C22
Una tercera guerra mundial con armas nucleares y biológicas con la capacidad
de destrucción actual, es garantía de extinción de la vida humana y la mayoría de animales y plantas.
Las dos primeras guerras mundiales se dieron básicamente por razones
religiosas y económicas. Hay quienes sostienen que nos hemos matado más por
creencias religiosas, que por otros motivos.
Las tres grandes religiones capaces de iniciar una guerra nuclear son el
Judaísmo, el cristianismo y el islamismo.
Antes del concilio de Nicea I no existía el NUEVO TESTAMENTO, que
abiertamente entra en conflicto teológico con el ANTIGUO TESTAMENTO, porque en él
se afirma que Jesucristo es el mismísimo Dios, y al divinizar a Jesús en el
credo aprobado en dicho concilio, entra en conflicto con los creyentes en Moisés,
que no es considerado dentro de las creencias judaístas como el mismísimo Dios,
pero sí un profeta elegido por Dios, que aunque hace milagros no resucita.
Al Concilio de Nicea I, los seguidores de Jesús se presentaron con más
de 40 evangelios, varios apocalipsis y epístolas, y muchos apuntes sobre la
vida y obra de Jesús, considerado otro ungido, elegido por el Dios de Israel,
por los apóstoles y demás asociados que lo presentan tal cual lo fue: un
profeta enteramente humano.
También se presentaron los seguidores de Saulo alias Pablo, perseguidor
de cristianos, que era romano de nacimiento y de formación mitraista como el
emperador Constantino I, quien convoca y financia totalmente el primer concilio
ecuménico. Dentro del mitraísmo el joven guerrero Mitra es considerado Dios y
por lo tanto Saulo-Pablo aprovecha la figura de Jesucristo para exponer su
particular doctrina y para ello lo tiene que divinizar.
Básicamente se presentan dos corrientes teológicas, los seguidores del
Cristo humano y los defensores del Cristo Dios. Es decir, los seguidores de la
doctrina de Jesús predicadas por los apóstoles; y los simpatizantes de la
doctrina de Saulo-Pablo defendida por los gentiles romanos mitraístas.
A los primeros se les conoció como arrianistas, por ser expuesta por el
sacerdote Arrio, apoyado por el obispo Eusebio de Nicomedia. La doctrina de
Saulo-Pablo fue defendida por el presbítero Atanasio y el obispo Alejandro de
Alejandría.
Sin muchos conceptos teológicos confusos y
rimbombantes, en un lenguaje corriente; los arrianistas, populares, del pueblo
razo, de antes, durante y después del Concilio de Nicea I, afirmaban que
Jesucristo:
«No era el mismísimo
Dios, era un hombre elegido por Dios para una misión divina; no era el único
Hijo de Dios, era un hijo de Dios como todas las criaturas vivientes de la
Tierra; no era UNO con el Espíritu Santo, por el contrario el Hijo, el Padre y
el Espíritu Santo eran tres conceptos diferentes dentro de la doctrina
arrianista; no era un ser con dos naturalezas: humana y divina, era un humano
hecho de carne y huesos, muy espiritual y adorador de la divinidad; no fue
engendrado por el Espíritu Santo, fue engendrado por José y María, sus progenitores
terrenales; no era Dios encarnado en humano, era un espíritu superior a muchos
hombres que había encarnado en este mundo; no era adoptado por Dios, era hijo
legítimo de María y José; no hizo milagros, sino que con sus brigadas de salud
hizo curaciones extraordinarias, casi milagrosas para su tiempo».
Teniendo
en cuenta las doctrinas arrianas, que no aceptaban la divinización de
Jesucristo, hoy, diciembre 22 de 2012, podemos decir, si me lo permiten de una
manera retrospectiva, que los
primeros arrianos fueron: la señora María, su madre; José, su padre; todos sus
hermanos, tíos, tías, sobrinas, sobrinos, primas y primos, vecinos y compañeros
de escuela que lo vieron crecer como un humano.
Otros arrianos, es decir, otros que podían
certificar la naturaleza humana de Jesús, fueron sus discípulos y los que lo
conocieron como adulto, que escucharon sus prédicas y lo vieron sufrir durante
la crucifixión como cualquier ser terrenal, sin ningún poder sobrenatural.
Y por supuesto el más “arriano” de todos fue el
propio Jesucristo, que nunca se atrevió a decir que él era el único hijo de
Dios y que su madre era la «Madre de Dios» ¿Se
imagina la reacción, de cualquier amigo o vecino, si le hubiera escuchado
decir, que él era, el único hijo de Dios; que él era, el mismísimo Dios;
que el Padre, el Espíritu Santo y él, eran una misma persona, y que, por ende,
su madre era la Madre de Dios? Mínimo, le hubiesen preguntado: ¿Y nosotros, qué
somos? ¿Acaso, Dios es de carne y hueso como tu madre? El resto de posibles
preguntas, imagínelas.
Y en cuanto a María, la madre de Jesús, un cristiano
(arriano) perteneciente al pueblo, clase humilde, afirmaba:
«María, después de parir
a Jesús, no continúo siendo virgen por siempre. María era virgen cuando se casó
con José y, mediante acto sexual, perdió la virginidad, quedó embarazada y dio
a luz a un varón a quien se le dio el nombre Jesús. María la madre de Jesús no
es la madre de Dios; María es la madre de Jesús y es una hija de Dios bendecida
por concebir un hijo de promesa divina.»
Constantino I, es quien
tiene todo el poder militar, político y económico, él es quien preside y
financia totalmente, él es quien ordena la persecución cristiana o no, de
hecho, varios de los asistentes tenían las marcas físicas de torturas, realizadas
por soldados romanos, el peligro que el emperador echara a los leones a todos
los asistentes no era descartable del todo, en caso de que Constantino no
hubiese logrado su objetivo de fusionar su particular religión, y el
cristianismo.
Luego de varios tímidos debates, se acordó el
siguiente credo niceno:
"Creemos en un solo
Dios, Padre Todopoderoso, Creador de todas las cosas visibles e invisibles; y
en un solo Señor Jesucristo, el unigénito del Padre, esto es, de la sustancia
del Padre, Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre por quien todo fue
hecho, en el cielo y en la tierra; que por nosotros, los hombres, y por nuestra
salvación bajó del cielo, se encarnó y se hizo hombre, padeció y resucitó al
tercer día, subió a los cielos y volverá para juzgar a vivos y a muertos. Y en
el Espíritu Santo.
A quienes digan, pues,
qué hubo cuando el Hijo de Dios no existía, y que antes de ser engendrado no
existía, y que fue hecho de las cosas que no son, o que fue formado de otra
substancia o esencia, o que es una criatura, o que es mutable o variable, a
éstos anatematiza la iglesia." Este segundo párrafo del credo es un
evidente rechazo y derrota de las afirmaciones arrianas, con fuertes amenazas.
Destacados
teólogos y prestigiosos profesores de religión, de las más importantes
facultades de teología del mundo, sostienen que lo que se compiló en el
Concilio de Nicea I es, básicamente, la doctrina de Saulo Pablo, muy distante
de las enseñanzas de Jesucristo. Es CATOLICISMO PAULINO CONSTANTINIANO.
Para saber lo que realmente sucedió en el Concilio de Nicea I haga clic en
http://www.monografias.com/trabajos-pdf5/concilio-nicea-i/concilio-nicea-i.shtml
En este prestigioso sitio Web puede descargar gratis el trabajo sobre este tema.
ESTIMADOS HERMANOS:
ResponderEliminarSolicito el concilio de Nicea para mi ecumenismo cristiano eclesiástico de la iglesia católica romana con la iglesia católica denominacional y con la iglesia protestante denominacional.
Atentamente:
Jorge Vinicio Santos Gonzalez,
Documento de identificacion personal:
1999-01058-0101 Guatemala,
Cédula de Vecindad:
ORDEN: A-1, REGISTRO: 825,466,
Ciudadano de Guatemala de la América Central.